19/11/2024
¿Por qué los propios inmobiliarios devaluamos nuestro trabajo?
Una reflexión necesaria.
En el mundo inmobiliario y en nuestro entorno cercano, es común escuchar frases como “ser agente inmobiliario es fácil”, “cualquiera puede hacerlo” o, incluso, comentarios de algunos colegas que aseguran que “trabajamos poco”.
Pero, ¿qué hay de cierto en esto? Y más importante aún, ¿por qué perpetuamos estas ideas que no solo son falsas, sino que también devalúan nuestra profesión y la confianza de nuestros clientes?
El peso de nuestra responsabilidad
Ser inmobiliario no es solo enseñar casas y esperar a que se cierre una venta, es mucho más que eso. Es gestionar procesos legales, dominar el mercado, manejar la psicología de las negociaciones y de los clientes, tener un conocimiento profundo de las tendencias y garantizar que tanto compradores como vendedores lleguen a acuerdos justos y seguros para ambas partes.
Esto sin mencionar que, aquellos que nos dedicamos oficialmente a esto y no de manera casual, tenemos el desafío de mantener una oficina y empleados, coordinar a un equipo y cumplir con los altos estándares que nuestros clientes merecen y que nosotras queremos ofrecer.
¿Realmente cualquiera puede hacerlo?
Es cierto que entrar en el sector inmobiliario puede parecer accesible porque en la ley española no hay una regularización, como sí ocurre en otros países.
Se puede decir entonces que entrar en él es sencillo, pero mantenerse y hacerlo de manera profesional es otra historia. Requiere dedicación, actualización constante y habilidades que no se adquieren de la noche a la mañana.
Pensar que esta profesión es fácil no solo es un error, sino una falta de respeto a quienes nos esforzamos cada día por dar lo mejor.
El impacto de nuestras palabras
Cuando nosotros mismos, los profesionales del sector, minimizamos el trabajo que hacemos, estamos enviando un mensaje equivocado tanto a nuestros clientes como a nuestros colegas. Estamos diciendo que no valoramos lo que hacemos y que, por ende, ellos tampoco deberían hacerlo.
Esto nos lleva a competir por precio, a justificar tarifas irrisorias y a perder el prestigio que tanto necesitamos en una industria tan importante.
Reivindiquemos nuestra profesión
Es momento de cambiar esta narrativa. Mantener una oficina, liderar un equipo y cumplir con las expectativas del cliente no es tarea sencilla.
Somos responsables de facilitar y acompañar uno de los momentos más importantes en la vida de las personas: comprar o vender una propiedad.
Nuestro trabajo tiene valor y debemos ser los primeros en reconocerlo para que los demás también lo hagan.
En lugar de devaluarnos, trabajemos por profesionalizar aún más nuestra industria, educar a nuestros clientes y transmitirles la importancia de contar con un agente inmobiliario que no solo sea capaz, sino comprometido con su labor.
¿Estás listo para cambiar la percepción? Porque todo empieza desde adentro.